domingo, 4 de julio de 2010

Juventud acribillada y Macaneada





4 de julio 2010

Juventud acribillada y macaneada

Francisco Cartagena Méndez
Escritor y activista social

Nombres y placas ocultas de aquellos enfurecidos rostros con cabellos de viles ordenanzas. Ojos de fieras en espera de sus presas, garras con diáfanas macanas y enormes cuerpos de empujones a granel. Vestías que proporcionaron patadas, golpes, gases y macanazos causales del brote de la sangre y el sufrimiento de aquellos y aquellas jóvenes que, intentando hacer uso de sus derechos constitucionales, fueron acribillados por una policía y un gobierno que se contradice ante la acción y la palabra.

Lo antes descrito es la clara realidad del abuso policiaco en contra de jóvenes ocurrido en la manifestación pacífica llevada a cabo el pasado 30 de junio en las escalinatas del Capitolio. Lo que además fue una afrenta en contra de la democracia y los derechos de los ciudadanos en nuestra patria a expresarnos libremente.

Más real resulta el que los derechos de esos jóvenes y demás ciudadanos, fueron violentados desde un principio. Al llegar al Capitolio pacíficamente e intentar acceder a presenciar los trabajos legislativos, ante un derecho “garantizado” por la constitución, sin razón alguna se les negó la entrada.

Es interesante que desde muy temprano se encontrara la fuerza de choque dentro del Capitolio y que, nunca hubo intenciones ni de la policía, ni de funcionarios de la casa de las leyes en entablar algún dialogo con los manifestantes.

Mezquinas expresiones fueron pronunciadas por el gobernador Luis Fortuño al día siguiente, al identificar como socialistas y síndicos a los manifestantes y que, al ser socialistas y querer entrar a las gradas de la legislatura, entendieron que estos tomarían el capitolio por asalto. ¿A caso ser socialista, independentista o síndico en nuestro país es sinónimo de violencia y terrorismo, o simplemente representa una negación por parte del estado a los derechos constitucionales a dichos sectores?
Otro asunto muy preocupante es que el gobierno por un lado se expresa en contra de la violencia doméstica, un mal que ha cobrado miles de vidas de mujeres que, además han sido víctimas de un sistema precario que necesita ser modificado. Y por otro, el estado envía a la policía a agredirlas.

Las mujeres agredidas en la manifestación no eran una amenaza a la vida, pero fueron atacadas sin piedad con macanas, patadas y gas pimienta por la policía. ¿Es esa la misma Policía que atenderá los casos de Ley 54?

Por otro lado felicito y reconozco la valía de los y las jóvenes que fueron agredidos (as) por querer abogar por los derechos de un pueblo al que trastocan su educación, medio ambiente, cultura y derechos, y a la prensa del país por la tan responsable cobertura que realizaron aun siendo también agredidos por la policía. Y peor aún que su trabajo sea menospreciado por el gobernador y demás dirigentes con la ausencia de respuestas.

Gobernador Luis Fortuño, usted no solo tiene la obligación de solicitar la renuncia del Super Intendente de la Policía, sino que ante el estado de desesperación y de atropello en la cual ha sumergido a toda una nación, y la evidencia de no tener capacidad para gobernar, usted también debería hacerlo.

Como joven y como activista aspirante a una mejor sociedad, me pregunto qué gana el gobierno al continuamente reprimir y coartar los derechos de la juventud mediante acciones fascistas y paramilitares. El derecho a la libre expresión, es un derecho inalienable del pueblo puertorriqueño y no puede basarse ante el señalamiento de sectores, creencias religiosas, políticas o identidades sexuales. Exigimos a este gobierno a que detenga ya sus acciones abusivas, represivas e ilegales en contra del pueblo.

Publicado por el Jimagua
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