sábado, 10 de octubre de 2009

Jóvenes Torcidos y Amilanados, periódico El Nuevo Día

Esta es Mi Columna en el Periódico El Nuevo Día

10-Octubre-2009

FRANCISCO CARTAGENA MÉNDEZ
Jóvenes torcidos y amilanados

http://www.elnuevodia.com/voces/624768/

Hay políticos que son igual de hipócritas que los gatos mal agradecidos. Éstos te buscan y hasta te acarician cuando tienen hambre (y no de votos electorales) pero te ignoran y son capaces de despreciarte cuando están abastecidos (y no de poder legislativo).

Y así maulló una y otra vez el presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz, quien se creció traicionando sus promesas y tildando de “locos” y “torcidos” a sus compatriotas homosexuales.

Esta presión sobre la comunidad gay, así como las continuas ofensas y comentarios despectivos por parte de algunos políticos del país, unido a la creación de medidas legislativas homofóbicas, tienen un efecto irreparable en la juventud.

Los jóvenes homosexuales, al ser víctimas de tanto desprecio, crecemos en medio de innumerables dudas, lo que aumenta el auto-desprecio y la doble vida en miles de corazones amilanados.

Recordemos que la homofobia es propulsora de la mentira y el engaño. Incrementa el deterioro emocional, lo cual da paso al pensamiento suicida, así como a la deserción escolar. Hace que el joven que se siente rechazado, se le dificulte ser quien es abiertamente, y se afecte su productividad como persona.

Toda esta intolerancia lanza a su vez a la juventud a la promiscuidad. Los jóvenes, al no poder amarse libremente, aman a escondidas, lo cual dificulta una relación estable, teniendo como grave efecto secundario la vulnerabilidad de contraer enfermedades de transmisión sexual.

El maremoto de despidos en el Gobierno también está trastocando de gran manera a la juventud homosexual de la Isla. Hay que tener en cuenta que en miles de esas personas que perdieron sus empleos, hay personas homosexuales, por lo que, desde ahora, están aún más indefensos de ser víctimas de discrimen en la búsqueda de un nuevo empleo.

Esta realidad se agrava al no existir una ley clara y contundente que prohíba el discrimen laboral por orientación sexual e identidad de género en Puerto Rico.

Condiciona derechos el pensamiento del gobernador Luis Fortuño, quien dijo que “al legislar para no discriminar en el empleo, se exima de este requisito a organizaciones que, por sus principios, no podrían contratar a personas que tengan otro modo de vida”. Y luego expresó públicamente: “Lo último que yo quisiera es obligar a nadie a tener que contratar contra sus principios”. La realidad es que se obliga a la comunidad homosexual a vivir en contra de su identidad y sus principios, nos lanzan a la mentira, la doble vida y al terror que representa la homofobia y el discrimen, al no estar cobijados por una ley justa.

El homosexual es una realidad.

Hay que exhortar a la sociedad y a los dirigentes políticos a comprender esta realidad, si en fin, todos y todas somos parte de un mismo entorno.

Los homosexuales somos como todos seres humanos, capaces de amar, trabajar, pagar impuestos, votar en elecciones, y dar la mano a quien lo necesite. Podemos perdonar tanto odio e intolerancia. Habría que recordarle a Thomas Rivera Schatz que ni la constitución, ni sus expresiones y ni sus acciones cobijan a la comunidad gay como públicamente él expresa. Por lo tanto, exigimos protección de ley equitativa y no a medias.

Ya es hora.

Mi correo electrónico: eljimagua@live.com