jueves, 4 de agosto de 2016

Avé Fénix: Inmolando Deseos - Immolating wishes


Por: Francisco El Jimagua Cartagena Méndez
Escritor, columnista y activista de derechos humanos



Con cerveza en mano me volteé y allí estaba él, tan hermoso, de baja estatura. Se encontraba solo frente a la barra con sus pantalones ajustados y pronunciadas nalgas. Al verle, me iluminaron los rayos de su sonrisa y sentí que se detuvo el tiempo. Ya no había más nadie en aquel lugar, solo él, tan apuesto y yo, hecho cenizas y deseos. No pretendía ir a darle un clavel para sus labios, tan si quiera me atrevería a confesarle lo que siento. – Seré su amigo—me dije a mí mismo.

Le saludé y comencé a montarle conversación, lo que fue un gran error. Al compartir con el culpable de los mil suspiros, nuevamente fui atacado por su sonrisa y su voz tan gruesa, melodía de Toccata y fuga. Su perfume se me impregnó por los poros abriéndome el apetito sexual.

Hubiera querido hacerle mío allí mismo, en ese mismo instante. Sentir su barba recién rasurada al toque de sus labios junto a los míos, sentirle correa con correa en un meneo de pasión intensa. Al agarre de sus nalgas, al mordisco de su cuello, dejando una huella eterna e inolvidable del momento.

Pero nada de ello sucedió. Me atacó también el nerviosismo, que me despedí muy de prisa. Más me grabé imágenes de él, todas hermosas. Habré de inmolarme y hacerme nuevamente cenizas hasta lanzar un cántico de canela y de breve recuerdo. Un recuerdo que habré de guardar en mi mente y en mis manos en movimiento. Un recuerdo de otro hombre que me sacudió las pasiones, otro macho que pude hacer mío y que se convirtió en lamento.

Resurgiré en ardiente sexo.

********************************
Phoenix bird: Immolating wishes
 
With beer in hand I turned around and there he was, so beautiful, short in stature. He was alone in front of the bar with his tight pants and pronounced buttocks. When I saw him, the rays of his smile lit up and I felt that time stopped. There was no one else in that place, only he, so handsome and I, made ashes and desires. I did not intend to go and give her a carnation for her lips, so I would dare to confess what I feel. - I'll be your friend-I said to myself.
I greeted him and started talking to him, which was a big mistake. In sharing with the guilty of the thousand sighs, I was again attacked by his smile and his thick voice, melody of Toccata and escape. Its perfume permeated me through the pores, opening my sexual appetite.
I would have liked to make him mine right there, in that very moment. To feel his beard freshly shaved at the touch of his lips next to mine, to feel him leashed on a leash in a wiggle of intense passion. To the grip of his buttocks, to the bite of his neck, leaving an eternal and unforgettable trace of the moment.
But nothing of it happened. I was also attacked by nervousness, and I said goodbye very quickly. More I recorded images of him, all beautiful. I will immolate myself and make myself ashes again until I launch a song of cinnamon and a brief memory. A memory that I will have to keep in my mind and in my hands in movement. A memory of another man that shook my passions, another male that I could make mine and that became lament.
I will re-emerge in hot sex.


Derechos Reservados por: Francisco "El Jimagua" Cartagena Méndez