sábado, 5 de diciembre de 2009

Crimenes de Odio, Periódico el Nuevo Día

05-Diciembre-2009

FRANCISCO CARTAGENA
Crímenes de odio

http://www.elnuevodia.com/voces/644859/

Arremetió un odio enfermizo contra un corazón de tan sólo diecinueve primaveras. Las flores de un alma se marchitaron en medio de la noche, pero florecerán en valles de nuevas esperanzas, y en el recuerdo de corazones que nunca le olvidarán. Jorge Steven, descansa en paz.

Antes de continuar, debo confesar que escribo estas líneas con el alma sumamente dolida, mi pluma hecha llanto y con mi corazón palpitando coraje y tristeza. El crimen de odio cometido en contra del joven Jorge Steven aparte de ser uno macabro y muy lamentable, reafirma la necesidad de educación nacional sobre qué es la diversidad, el respeto que merece, así como la enorme importancia de rescatar los valores en la sociedad.

De igual manera refleja la necesidad de legislación orientada a otorgar equidad e igual protección a todas las personas.

La unificación y la repetición de los prejuicios creados por la sociedad y los gobiernos son una forma de legitimar los actos violentos cometidos por algunos grupos específicos. Ello puede deberse a las acciones que el Estado no tuvo la capacidad de emprender adecuadamente, así como a una cultura de odio, homofobia, exclusión y diferencias que se ha ido creando históricamente, en donde la religión juega un papel protagónico de culpabilidad.

El gobierno debe cambiar el modelo homofóbico tradicional existente en la sociedad, así como en el gobierno, mediante la educación colectiva sobre los valores, la equidad y la justicia.

Esto ante la existente realidad de las miles de personas homosexuales que somos catalogadas como ‘diferentes’, lo que da paso al discrimen y la homofobia. Para ello se necesita que dicha igualdad, aparte de ser real para todos y todas, posea un valor positivo sobre la diversidad.

Eliminar estos desniveles sectarios y homofóbicos, tomando en cuenta las experiencias vividas, las necesidades particulares de las diversas comunidades dentro de la sociedad, así como la identidad de cada persona es un camino a seguir. Reconociendo además que una preferencia sexual o que el ser diferente no debe ser algo negativo, mucho menos una causa para discriminar, oprimir, desproteger y agredir a una persona.

En aras de un cambio verdadero se debe reconocer por parte de los dirigentes del País que los derechos civiles tratan de la situación y condición del ciudadano frente al gobierno.

Y aunque estos derechos puedan resultar en ocasiones negativos para los gobiernos, ya que de cierta medida deben abstenerse de imponer censuras, o ir en contra de sus creencias, simplemente deben ser reconocidos y aplicados sin excusas y pretextos carentes de lógica y credibilidad.

Ese cambio además requiere que las figuras públicas y los dirigentes del País asuman posturas de respeto en todo momento, sin fomentar violencia ni homofobia, como es el caso de la mayoría de los legisladores, muy en especial el presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz, y programas televisivos, en los que casi a diario humillan a los homosexuales.

Aceptar y respetar la diversidad, es respetarnos los unos a los otros. Respetar a la comunidad gay es respetar a nuestros familiares, amigos y al prójimo; es el reconocimiento total y el compromiso del gobierno y la sociedad de otorgar libertad a quienes sufren el dolor de ser rechazados, excluidos y asesinados por tan sólo ser.

Mientras las miles de personas que sufrimos del discrimen y la homofobia seguimos esperando por parte del gobierno que sienta en nuestras lágrimas de sufrimiento ríos y mares de justicia y protección equitativa, seguiremos luchando por la equidad. Alzando nuestra voz, denunciando y señalando a los culpables de la violencia y el odio que arropa a nuestra patria.

Iglesia y Estado, son culpables.

Correo electrónico del autor: eljimagua@live.com