lunes, 25 de octubre de 2010

La comunidad GLBTT de la Tercera Edad

La comunidad GLBTT de la Tercera Edad

Por: Francisco Cartagena Méndez, El Jimagua /Especial para TRT


La vejez se caracteriza por el padecimiento de comorbilidades (diversas enfermedades al mismo tiempo) pero existen padecimientos de los cuales casi nunca se habla, como los que sufren los ancianos y ancianas GLBTT, (Gay, Lésbica, Bisexual, Transgénero y Transexual), a quienes a la mayoría les asecha la soledad y la pérdida de derechos patrimoniales y constitucionales.

Ello se ve evidenciado en la inacción por parte de los gobiernos a reconocer los derechos constitucionales de la población GLBTT al matrimonio, tomar decisiones médicas sobre sus parejas, ley de herencia, así como a leyes anti discriminatorias laboral por identidad sexual o de género.

El discurso ya gastado y pronunciado por los dirigentes políticos en la mayoría de los “países democráticos” es uno contradictorio al expresar que el discrimen ya no existe. Pero ciertamente una pareja de lesbianas que haya convivido por décadas, no tendrían derecho a la toma de decisiones médicas en caso de hospitalización de una de éstas, mucho menos a herencias (aun habiendo levantado un hogar juntas), entre otros derechos que desaparecen al no existir leyes que les cobijen.

Mucho se habla de la tercera edad y de los derechos que esta población tiene, pero siempre se excluye a las personas GLBTT que han dado lo mejor de sí como ciudadanos de bien. Sólo porque no comparten la misma identidad sexual o de género que la sociedad ha querido imponer como la correcta. Por ejemplo, los centros y programas de gobierno para envejecientes son establecidos solamente tomando en consideración a los heterosexuales, con la premisa de que, “no existen ancianos ‘gays’”. Así mismo no existen hogares de envejecientes pensados para GLBTT, salvo algunos pocos en países como España y Berlín, que han tomado la iniciativa y han puesto en marcha asilos orientados a homosexuales. Recientemente otros lugares como estos se están estableciendo en algunos estados de la nación Norteamericana pero estos son pocos y pequeños.

La edad también influye a una mayor incidencia de efectos adversos relacionados a fármacos, descenso progresivo en la visión, audición y en las funciones mentales, cambios que en la comunidad anciana GLBTT pueden impactar dramáticamente al padecer discrimen, rechazos, o ser forzado/as a la soledad, a su vez todo este universo de discrimen, homofobia, transfobia y la no protección de ley les hace regresar al armario.

No hay nada más hermoso que una pareja de anciano(as) conviviendo juntos (as) hasta que la muerte les separe, respetándose y amándose con ahínco, en la enfermedad y en los misteriosos caminos de la vida. Pero muy feo resultaría que un gobierno o una ideología moralista y contradictoria, les separe y condene a la soledad en los últimos años de sus vidas.

Ya expresé que los ancianos poseen cambios fisiológicos que son causantes de enfermedades, así mismo la homofobia y el discrimen hacen que nuestros ancianos GLBTT padezcan de depresión, tristeza y soledades, que empeoran el panorama.

Los gobiernos tienen la cura a muchos de estos padecimientos, empleen el mejor fármaco que un anciano o una anciana GLBTT pueda necesitar, la justicia, el respeto a su dignidad humana y a su identidad sexual o de género, así como el permitir que se sientan apoyados y amados sobre todas las cosas, haciéndoles valer sus derechos. Desde Puerto Rico para el mundo GLBTT exigimos justicia para nuestros ancianos, sin importar su identidad o expresión de género. Sabemos que sí se puede y que algún día se logren más comunidades donde la comunidad GLBTT de tercera edad pueda vivir cómodamente en sus últimos años de vida.

Escrito por: Francisco Cartagena Méndez conocido como El Jimagua, escritor y activista social boricua. Para comentarios al autor: eljimagua@live.com. Traducido al inglés por Wilfred W. Labiosa

viernes, 22 de octubre de 2010

Manifestación "Mírame" en el Capitolio



Lo importante no es cuántos asistieron a la estupenda manifestación del Comité Contra la Homofobia y el Discrimen denominada “Mírame” el viernes 22 de octubre del 2010, lo importante es el mensaje que allí se llevó, no más transfobia, no más homofobia, no más discrimen.

Las decenas de homosexuales, lesbianas, transexuales y familiares heterosexuales que acudimos en apoyo la tarde del viernes frente a las enormes columnas del Capitolio, unimos nuestras voces en una sola, no más homofobia y transfobia política y religiosa, que se elimine la transexualidad de la lista de enfermedades o trastornos mentales y un Puerto Rico en donde todos tengamos los mismos derechos.

La emotiva actividad fue dedicada a las más de 10 víctimas de crímenes de odio en lo que va de año en Puerto Rico, los mensajes y discursos fueron claros y contundentes, en la pronunciación noble de un alto a la transfobia y a la homofobia. Hoy puedo decir que me siento más orgulloso que ayer de ser homosexual y de que existan cada vez más personas que se unen al activismo social por la igualdad de derechos.

Allí se canto al viento que acaricia los oídos sordos y llenos de ambiciones y homofobia de los políticos “Mi transexualidad no es motivo para odiar” y “La medicina no decide como mi cuerpo se viste” se manifestó frente al Capitolio para pedir que se elimine el “trastorno de identidad de género” de los catálogos médicos.

El piquete correspondía a la unión que hizo el Comité Contra la Homofobia y el Discrimen a la Jornada Internacional de Lucha por la Despatologización de las Identidades Trans, y a la que también se unieron grupos en otros 57 países.

Con respeto y afilando nuevos proyectos de lucha,

Francisco “EL Jimagua” Cartagena Méndez

Viernes 22 de octubre de 2010

domingo, 10 de octubre de 2010

Fui objeto de homofobia

Fui objeto de homofobia

Cerca de mi casa hay un negocio en donde regularmente acudo a jugar billar y las dichosas máquinas traga-monedas desde hace varios meses. En el mismo acuden mayormente personas mayores y uno que otro joven con quienes he hecho buenas amistades, todos saben que soy homosexual, me respetan y gozan (hasta donde tengo entendido) con mis ocurrencias, “un gritito gay” que hago a veces y mis conversaciones sobre equidad y mis artículos sociales.

Pero recientemente, una noche estaba yo conversando con una amiga y por un comentario que me hizo me emocioné y hice el “grito gay” que por cierto, cuando lo hago es un poco alto, y el guardia de seguridad del lugar, con un tono de voz alta me dijo; “Mira el gritito ese deja de hacerlo, que no me gusta” como quien dice y lo que todos los que allí estábamos pensamos que quiso decir, “deja las “paterías esas’ y siendo policía sentí un poco de temor (los policías en PR por todo te agreden o te matan).

Pero estando yo molesto le indiqué “si no te gusta mira a ver que haces porque así soy y no lo hago por molestar a nadie, eso sale de manera espontanea, sin planificarlo.” Luego le pregunté si era que le molestaba mi presencia y no quería que acudiera al lugar y levantándose de su silla me dijo, es tu decisión, a lo que contesté entonces seguiré viniendo y te exijo respeto.

Las tres personas que estaban en el lugar me pidieron que me calmara, que no le hiciera caso y me expresaron que estaban molestos por las acciones del guardia, me sentí luego contento por el apoyo de los demás clientes en el lugar y la empleada quien dijo hablaría con la dueña del lugar para reportar el mal comportamiento del guardia.

Por qué comento esto, porque siento que esa reacción del guardia puede estar relacionada a las campañas religiosas y políticas de infundir odio en contra de los homosexuales en la sociedad o porque simplemente es un homosexual de “closet” que sufre por no poder ser quien es, al temer que le hagan lo que él me hizo a mí, de molestarse por mi homosexualidad. O al temer a la burla, las ofensas o agresiones que tanto ocurren a homosexuales.

Hoy día me atiende como a todos los demás clientes y le perdoné, pero ya él sabe que me tiene que respetar tanto como cliente, persona y homosexual. Porque el respeto es un derecho de todos y si se falta se exige.

Publicado por El Jimagua, 10/10/2010

sábado, 9 de octubre de 2010

Pánico a los homosexuales, periódico El Nuevo Día

Periódico El Nuevo Día, Sección Voces

Sábado 9 de octubre, 2010

FRANCISCO CARTAGENA MENDEZ (EL JIMAGUA)

ACTIVISTA SOCIAL Y ESCRITOR

La persona que sufre episodios de pánico se siente súbitamente aterrorizada sin una razón evidente para sí misma o para los demás. Los ataques de pánico pueden ocurrir en cualquier momento o lugar sin previo aviso. Pánicos hay muchos, y de eso nuestros políticos y algunos líderes religiosos saben en cantidad.

“Pánico a los homosexuales” es el alegato de defensa del abogado del joven Luis M. Pérez Quiles, de 18 años, que mediante una acción intencionada y caracterizada por odio, intentó asesinar al periodista radial y homosexual José Raúl Arriaga al propinarle 20 puñaladas hace unas semanas.

Este tipo de alegato es muy peligroso en un país como el nuestro en donde el Estado es el principal impulsor del discrimen y la homofobia en contra de los homosexuales. Esto ha quedado evidenciado desde Jorge De Castro Font y la fallida resolución 99, las continuas expresiones homofóbicas del Presidente del Senado Thomás Rivera Schatz, en su aversión manifestada hacia la comunidad gay, y otras medidas legislativas discriminatorias como el proyecto del senado 1568 presentado por la senadora Lucy Arce y la resolución 107 avalada por 28 representantes liderados por Norman Ramírez.

Pero el pánico en Puerto Rico no es en contra de los homosexuales, sino que somos nosotros quienes lo padecemos. Pánico sentimos ante la decena de crímenes de odio a homosexuales y transexuales en tan solo un año. Al sentir a diario el clima de odio que es pagado por instituciones religiosas a políticos para ir en nuestra contra, utilizando como vehículo la casa de las leyes.

Aunque pánico también lo pudieran sentir estos dirigentes políticos, ya que podrían dejar de recibir tan exorbitantes diezmos eclesiásticos, sin poder engordar sus bolsillos y pagar sus campañas políticas. Esto sería así si otorgaran los derechos que por naturaleza jurídica y con carácter de justicia merecemos la comunidad gay. Como el derecho al matrimonio, a incluir a nuestras parejas en los planes médicos, tener derecho a la ley de herencia, una ley clara de no discrimen en el empleo por identidad sexual, entre otros.

El pánico a la homosexualidad no existe en Puerto Rico salvo en aquellas personas, políticos e instituciones que persisten en ver la homosexualidad como una conducta errada, pecaminosa o inmoral. La sociedad puertorriqueña que conocemos hoy es más inclusiva que antes, aspira a un país en donde lo que prevalezca sea el amor y la unión. No es una sociedad de pánico, Puerto Rico es otra cosa, pero no de histeria, no de odio, ni discrimen, eso no.

Para que el Estado contribuya a la disminución de la criminalidad y el mejoramiento de la calidad emocional de la ciudadana, debe comenzar por erradicar sus acciones discriminatorias. Nuestra constitución establece que “todos los hombres somos iguales ante la ley” pero ello es una expresión contradictoria en la realidad de la comunidad homosexual, que al no ser igual ante el Estado, carece de varios derechos de los que los heterosexuales gozan.

Un gobierno democrático debe estar centrado en otorgar iguales derechos y oportunidades y protege a toda persona sin cuestionar su identidad sexual, sin que ésta sea impedimento ha dicho otorgamiento. Provee recursos de manera equitativa a todos sus ciudadanos, realiza enmiendas a leyes antes excluyentes, ya que reconoce el proceso por el cual la realidad está cambiando y visualiza el conocimiento como un proceso que cambia constantemente de acuerdo a las experiencias vividas. Otorga importancia al aspecto afectivo, emocional y a la sensibilidad y reconoce las diferencias como positivas en una diversidad cambiante. Eso es lo que hace un gobierno justo y democrático, hacer lo contrario serían acciones de teocráticas y fascistas. Comentarios a eljimagua@live.com

jueves, 7 de octubre de 2010

Muero si no te sueño

Espero saber sus opiniones, mis mejores deseos para tod@s! Jimagua

Muero si no te sueño

Acarician mis ilusiones mares de ideas
de en el mar de tu cuerpo ir navegando.
Sin cerrar los ojos he soñado efímeras
lujurias que mis versos van cantando.

Y sí siendo tus besos fragancia de rocíos
que a mi piel el alba perfumando,
y si es el recuerdo mi eterno castigo
será mi fortuna poder irte soñando.

No son mis ideales de ti solo sentirme excitado
aunque mi amor por ti descanse en mis manos.
Cuando en movimiento te recreo, voy suspirando.

Posee la mañana la llave que abre mísero baúl
en donde me guardo tanto derroche enamorado.
Otorgo yo sobrenombre de ufano y pérfido al alba
si abro los ojos ya no me siento tu piel acariciando.

Seguirás siendo tú de mi alma eterno lapidario
gran labrador de estrellas junto a mi almohada.
Musa de mis versos eres, juvenil anatomía,
!Que siento que muero si nunca más te sueño!

Escrito y publicado por: Francisco J. Cartagena Méndez
El Jimagua * Derechos Reservados

martes, 5 de octubre de 2010

Tiziano Ferro Acepta su homosexualidad


Cantante Tiziano Ferro Acepta su Homosexualidad

http://www.elnuevodia.com/tizianoferrorevelasuhomosexualidad-792882.html

Por Agencia EFE

Roma - El cantante italiano Tiziano Ferro ha revelado su homosexualidad en una entrevista con la edición italiana de Vanity Fair, cuyo contenido ha sido adelantado hoy por la publicación.

El artista explica que "hace un par de años" inició "un proceso de análisis" ya que "desde hacía tiempo no estaba bien" y entendió que "tenía que afrontar una serie de cosas", empezando por su "relación con la homosexualidad"

"A finales del año pasado llegué a la conclusión de que quería vivir esa parte de mí, parar de considerarla como un monstruo, como algo negativo, o incluso algo invalidante", agregó.

Ferro comenta que sus primeras dudas sobre su sexualidad se remontan a la adolescencia cuando tenía una novia a la que confesó que se sentía atraído por los chicos.

"Se rió de mí en la cara y me dijo que eso no podía ser verdad", recuerda el cantante, que señala que después llegó el éxito, e "incapaz de aclarar", sus sentimientos decidió no llevarlos adelante.

Ferro admite que no todavía hoy no sabe explicarse por qué consideraba la homosexualidad "como una especie enfermedad".

Asimismo, explica que los rumores que apuntaban a su homosexualidad le daban "mucha rabia" y precisa: "No porque no quisiera que me consideraran gay, sino porque sí hubiera querido tener un novio", como insinuaban algunos medios de comunicación.

Cuando se le pregunta el porqué de esa falta de relaciones sentimentales, el cantante responde que "habría tenido que vivir una doble vida" y no habría sido capaz.

"Me molesta cuando se habla de aceptar la homosexualidad. Yo, en todo caso, sueño con compartir. Una familia que acepte mis decisiones no es suficiente, quiero que las viva junto a mí. Y lo mismo con mis amigos", afirma.

El cantante señala que ahora busca el amor, "esa parte de la vida" que hasta ahora le "ha faltado" y agrega: "Por el momento estoy solo, pero espero no estarlo más".

Tiziano Ferro define además como "un regalo" a aquellos que le quieren pero, sobre todo, a sí mismo, la próxima publicación de su autobiografía "Trentanni e una chiacchierata con pap" (Treinta años y una charla con papá) en la que el artista recoge sus diarios entre 1995 y 2010.

Acepta tu homosexualidad

Acepta tu homosexualidad

Francisco "El Jimagua" Cartagena Méndez

Activista Social y Escritor

Cuando los sufrimientos y rechazos que padecemos los homosexuales son convertidos en escudos, el futuro se presenta más alentador e idóneo para ser capaces de alcanzar la felicidad tan anhelada. El amor no reconoce de discrimen, ni de coartaciones, por lo que no se debe dar la espalda a querer a esa persona especial que nos hace suspirar, y que aún siendo de nuestro mismo sexo, no representa una ‘mala acción’ o ‘acción pecaminosa’ como la mayoría hace ver.Y es que los homosexuales fuera del armario nos enfrentamos a una batalla cara a cara con la homofobia, la burla y la insensibilidad escolar, religiosa, política y social que juzga, señala y se mofa de nuestra identidad.

Etiológicamente hablando, estas conductas de discrimen y mofas tienen su origen desde la adolescencia, en donde los jóvenes se tornan insensibles con sus compañeros de clase. Por ejemplo; quién no recuerda las burlas escolares al obeso, los cuatro ojos, o el amanerado. Esto se da ante el mal ejemplo social que es protagonizado a diario, tanto por familiares, líderes políticos y religiosos, así como por programas televisivos en donde se suscitan todo tipo de violencia, discrimen, homofobia y burlas que influyen negativamente en tan importante transición entre el infante o niño de edad escolar y el futuro adulto.

Esta transición de cuerpo y mente, proviene no solamente de uno mismo, sino que se conjuga con nuestro entorno, el cual es trascendental para que los grandes cambios psicológicos que se producen nos permitan llegar a la edad adulta de manera adecuada. Este panorama empeora debido a que el homosexual o la lesbiana adolescente, tiende a reprimir su realidad, y oculta sus sentimientos. Crecen sin poder expresar como los demás lo que sienten, así como de quién se enamoran, por el temor a la burla y el rechazo. Esto da paso a la doble vida y la auto-negación de la homosexualidad mediante un comportamiento heterosexual que es adjudicado al temor.

Algunas preguntas que podemos hacernos y que resultan de gran ayuda para poder ser capaces de aceptar nuestra identidad sexual lo son; si verdaderamente el señalamiento y la imposición de la heterosexualidad sobre la homosexualidad son motivos suficientes para hacernos sufrir y negar nuestra realidad, cuando esas personas que nos señalan y ofenden viven tal y como son. ¿Qué nos hace diferentes? ¿Quién tiene el derecho a juzgarnos y decidir como vivimos nuestras vidas? ¿Por qué no podemos amar como aman los demás?

Así que ofenderse ante el ofensor sería darle la razón y otorgar un supuesto derecho a proseguir con sus conductas ofensivas, mientras que por el contrario, si nos intentan ofender y nos mostramos fuertes y orgullosos de nuestra identidad sexual, se hará tan pequeña dicha ofensa que no la veremos pasar por nuestro corazón. Por lo que la indiferencia es la mejor arma que se puede emplear en contra de aquellos (as) que provocan algún mal en nuestras vidas, teniendo entonces que comenzar por no permitir que esas ofensas, y creencias equivocadas sobre la homosexualidad repercutan en efectos negativos que obstruyan el camino a nuestras metas y a nuestra felicidad.

En resumen, no debemos permitir que los demás vivan nuestras vidas, ya que quien debe aceptar tu homosexualidad es tu corazón, bombeando la valía necesaria para que camines de frente a todo y a todos, siendo quien eres. Recuerda que no son los demás lo que tienen que aceptarte, sino tú mismo (a). Recuerda que si naciste siendo homosexual, lesbiana, bisexual, transgénero o transexual, vivir como tal te hace más grande que cualquier mal u ofensa que pudieran hacerte los demás. ¡Sé quién eres, se que puedes lograrlo! Comentarios a: eljimagua@live.com