domingo, 10 de octubre de 2010

Fui objeto de homofobia

Fui objeto de homofobia

Cerca de mi casa hay un negocio en donde regularmente acudo a jugar billar y las dichosas máquinas traga-monedas desde hace varios meses. En el mismo acuden mayormente personas mayores y uno que otro joven con quienes he hecho buenas amistades, todos saben que soy homosexual, me respetan y gozan (hasta donde tengo entendido) con mis ocurrencias, “un gritito gay” que hago a veces y mis conversaciones sobre equidad y mis artículos sociales.

Pero recientemente, una noche estaba yo conversando con una amiga y por un comentario que me hizo me emocioné y hice el “grito gay” que por cierto, cuando lo hago es un poco alto, y el guardia de seguridad del lugar, con un tono de voz alta me dijo; “Mira el gritito ese deja de hacerlo, que no me gusta” como quien dice y lo que todos los que allí estábamos pensamos que quiso decir, “deja las “paterías esas’ y siendo policía sentí un poco de temor (los policías en PR por todo te agreden o te matan).

Pero estando yo molesto le indiqué “si no te gusta mira a ver que haces porque así soy y no lo hago por molestar a nadie, eso sale de manera espontanea, sin planificarlo.” Luego le pregunté si era que le molestaba mi presencia y no quería que acudiera al lugar y levantándose de su silla me dijo, es tu decisión, a lo que contesté entonces seguiré viniendo y te exijo respeto.

Las tres personas que estaban en el lugar me pidieron que me calmara, que no le hiciera caso y me expresaron que estaban molestos por las acciones del guardia, me sentí luego contento por el apoyo de los demás clientes en el lugar y la empleada quien dijo hablaría con la dueña del lugar para reportar el mal comportamiento del guardia.

Por qué comento esto, porque siento que esa reacción del guardia puede estar relacionada a las campañas religiosas y políticas de infundir odio en contra de los homosexuales en la sociedad o porque simplemente es un homosexual de “closet” que sufre por no poder ser quien es, al temer que le hagan lo que él me hizo a mí, de molestarse por mi homosexualidad. O al temer a la burla, las ofensas o agresiones que tanto ocurren a homosexuales.

Hoy día me atiende como a todos los demás clientes y le perdoné, pero ya él sabe que me tiene que respetar tanto como cliente, persona y homosexual. Porque el respeto es un derecho de todos y si se falta se exige.

Publicado por El Jimagua, 10/10/2010

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