EPITETOS ANTE EL COSTUMBRISMO

De epítetos ante el costumbrismo

“Pato” “loca” “asquerosos” “inmorales” “herejes” “abominación” “Loca sucia” “patito” “maricón” “mujercita” “sodomita” etc. Etc. Etc. Son epítetos que se han vuelto costumbre en su utilización despectiva y humilladora en contra de las personas homosexuales.

Una Costumbre es la repetición constante y uniforme de una norma de conducta, en el convencimiento de que ello “obedece a una necesidad jurídica". También se le define como "el conjunto de normas derivadas de la repetición más o menos constante de actos uniformes". Para que la costumbre represente una voluntad colectiva y espontánea debe ser general, constante, uniforme y duradera.
Para la Teoría del conflicto y en contraposición a la difusión de nuevas leyes impuestas a una comunidad es la resistencia popular más importante contra el cambio. (Ortega t Gasset).

Este último es muy importante “contra el cambio” por lo cual todos estos epítetos ofensivos son una costumbre a la reacción constante en contra el cambio que supone reconocer los derechos de la comunidad homosexual en nuestra patria.

El Respeto es el reconocimiento de que algo o alguien tiene valor. Se lo puede definir como la base del sustento de la moral y la ética. En las relaciones interpersonales comienza en el individuo, en el reconocimiento del mismo como entidad única que necesita que se comprenda al otro. Consiste en saber valorar los intereses y necesidades de otro individuo. (la comunidad gay por ejemplo)

El RESPETO ANTE LO MORAL También puede considerarse como punto medio entre dos extremos vistos por exceso y por defecto.

1. Por defecto: El miedo, tanto a las personas que le rodean como a objetos o situaciones que afronta el individuo, llevándole a situaciones de imposibilidad a realizar determinados proyectos o metas, tal el caso de los complejos de inferioridad.
2. Por Exceso: El abuso o desmedida de los límites preestablecidos para un correcto orden y trato de las personas o situaciones de cada individuo, lo que lleva a conflictos con los otros como también la imposición de límites y/o normas a fin de superar la crisis del abuso y restablecer el orden de los derechos de cada individuo.


Pero por qué no definir algunos estos epítetos tan repetitivos en nuestra sociedad:

MARICÓN O MARICA: Es un adjetivo y sustantivo habitualmente de carácter peyorativo, originalmente aumentativo de Marica (a su vez diminutivo de María). Marica se usa como insulto grosero con los significados de hombre homosexual; hombre afeminado (que no significa homosexual, son términos relacionados pero no iguales), además de hombre de poco ánimo y esfuerzo.

ABOMINACIÓN: Una abominación es tanto algo abominable como la acción y efecto de abominar; y este verbo significa condenar y maldecir a alguien o algo por considerarlo malo o perjudicial, sinónimo de aborrecer. (Mucho que aborrecen los religiosos a los gays).

HEREJE O HEREJÍA: Es una opinión o doctrina errónea opuesta al dogma ortodoxo.

PATO: Se dice de la persona víctima de pullas y burlas. Se grita pato a una persona ‘rara’, el emisor del insulto expresa, posiblemente, que somos unos enfermos. Que no somos normales y que somos una vergüenza social….

Por tanto me tomo el atrevimiento de abundar un poco más sobre un asunto de gran importancia al cual programas televisivos (Super Xclusivo) hacen de estos epítetos “entretenimiento” así como el costumbrismo que supone para la comunidad gay misma.

Jodio pato asqueroso del demonio, enfermo sexual, loca sucia, mujercita, abominación de la naturaleza, sean todos los maricones muertos “estamos hartos de los patos” este último comentario hecho por Héctor Travieso en Super Xclusivo, los maricones son unos enfermos, hay que matar a los patos, (SI MI HIJO ME SALE PATO LO MATO).

Gente, es real los epítetos promueven el odio, lanzan al dolor y al llanto a miles de seres humanos y estas conductas deben ser denunciadas y censuradas. Es menester hacer algo al respecto, de lo contrario la lucha que se viene llevando a cabo durante tanto tiempo para que se nos reconozcan nuestros derechos, para que se nos respete habrá sido en vano.

Muy tristemente escuché por parte de una figura pública del ambiente decir “yo soy un pato feliz” (Alex Soto) y por televisión, lo que denota ese costumbrismo a que seamos insultados en el cual nos ha sumergido la intolerancia social y una cultura milenaria de atropello al homosexualismo.

Como activista social y escritor (al ver más allá de las capas hipócritas y lo oculto de la mayoría de las cosas que nos rodean) me presto a decir por último….

“Todo aquel ser humano que haga uso de cualquier epíteto que pueda herir la sensibilidad y el sentimiento de otro ser humano, y haga uso constante de esta conducta, es una persona vacía, que no reconoce en su vida la hermandad y el amor necesario para ser parte de una sociedad de respeto.”

“Así mismo, todo homosexual que vea con buenos ojos y reste importancia a estos epítetos en contra de nuestra dignidad, vive en un costumbrismo enajenado del respeto, debe educarse lo antes posible, para que logre comprender el grave peligro que representa (no para sí mismo) sino para miles de niños y niñas esta conducta tan continua y hiriente al corazón del ser humano”.

Más allá de que si esos comentarios ofensivos no representan para ti o para mí una ofensa, reconozcamos que para miles de personas representa mucho dolor traducido, en suicidios, llanto, tristeza, depresión y lo que es peor aún, vivir una vida con el pensamiento erróneo, de que los homosexuales somos seres horribles y que por ser quienes somos debemos permitir que los demás nos humillen y nos falten el respeto como les da la gana, yo por lo menos no permito que insulten mi dignidad y mi verdad, yo soy homosexual y solamente homosexual, más nada.

Publicado por Francisco J. Cartagena Méndez el Jimagua