Por: Francisco Cartagena
Escritor y Activista Social
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La vejez se caracteriza por el padecimiento de comorbilidades (diversas enfermedades al mismo tiempo) pero existen padecimientos de los cuales casi nunca se habla, como los que sufren los ancianos y ancianas de la comunidad homosexual, a quienes les asecha la soledady la pérdida de derechos patrimoniales y constitucionales.
Ello se ve evidenciado en la inacción por parte del gobierno a reconocer los derechos constitucionales de la población GLBTT (Homosexual, Lésbica, Bisexual, Transgénero yTransexual), al matrimonio, toma de decisiones médicas sobre sus parejas, ley de herencia, entre otros.
El discurso ya gastado y pronunciado por los dirigentes políticos es uno contradictorio al expresar que el discrimen no existe en Puerto Rico. Pero ciertamente una pareja de lesbianas que haya convivido por décadas, no tendrían derecho a la toma de decisiones en caso de hospitalización de una de éstas, mucho menos a herencias (aun habiendo levantado un hogar juntas), entre otros derechos que desaparecen al no existir leyes que les cobijen.
En Puerto Rico mucho se habla de la tercera edad y de los derechos que esta población tiene, pero siempre se excluye a las personas homosexuales que han dado lo mejor de sí como ciudadanos de bien. Solo que no comparten la misma identidad sexual que la sociedad ha querido imponer como la correcta. Por ejemplo, los centros y programas del gobierno para envejecientes son pensados solo para heterosexuales, con la premisa de que, "no existen ancianos gays".
Los cambios fisiológicos relacionados a la edad también contribuyen a una mayor incidencia de efectos adversos relacionados a fármacos, descenso progresivo en la visión, audición y en las funciones mentales, cambios que en la comunidad anciana homosexual pueden impactar dramáticamente al padecer discrimen, rechazos, o ser forjados a la soledad, a su vez les hace regresar al armario.
No hay nada más hermoso que una pareja de ancianos (as) conviviendo juntos (as) hasta que la muerte les separe, respetándose y amándose con ahínco, en la enfermedad y los misteriosos caminos de la vida. Pero muy feo resultaría que un gobierno o una ideología moralista y contradictoria, les separe y condene a la soledad. Exigimos justicia para nuestros ancianos, sin importar su identidad.
Publicado por El Jimagua, Derechos Reservados, Comentarios y/o opiniones: eljimagua@live.com
2 comentarios:
Te apuntates un diez Francisco. Gracias por pensar en nostros los viejitos. Abrazos.
Excelente artículo y mucho más que lo escribiera un joven. Mis respetos.
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