BENEDICTO XVI DE SU ODIO UN AXIOMA EN SU VEJACIÓN

BENEDICTO XVI DE SU ODIO UN AXIOMA EN SU VEJACIÓN

Por: Francisco J. Cartagena Méndez, El Jimagua

Escritor y Activista Social puertorriqueño

“No soy ateo, soy solo cenizas

resurgidas de mis temores pasados

a ustedes mis “impíos” versos declamo

si la libertad la juzgan desde antaño

religiones que fueron brisas sangrientas”. Jimagua (2010)

El Papa Benedicto XVI, en un apotegma contradictorio se expresa por todo el mundo con la fuerza de todo el poder eclesiástico de su empresa, (el Vaticano). Prosiguen en búsqueda del trastorno de la mente del ser humano en torno al tema de la homosexualidad, y las libertades y la privacidad que supone el libre albedrío.

Pues sin mesura y en el menester de la libertad que ansía mi corazón, le expreso al Sr. Benedicto que su lengua posee la savia de azufre del mismo averno, en el cual sus expresiones discriminatorias enmarcan una vez más la hipocresía eclesiástica. "Ama a tú prójimo como a ti mismo, pero no como amaos vosotros los misericordiosos con tanto odio a las almas homosexuales".

Cobra aval la lucha de las comunidades GLBTT en todo el planeta tierra. Sí, Sr. Benedicto odio, existimos almas libres y dispuestas a enfrentar su carruaje milenario, ese bañado en la sangre de la épica cristianización y el odio mediático de su empresa en lo contemporáneo del tiempo.

Y mientras resalta usted el valor de la castidad católica, miles de sus sacerdotes la amancillan vilmente al violar a un niño o una niña. No me hable de pecados si en las enormes catedrales se esconden los actos más atroces que pudiera cometer humano alguno.

Mientras el cristianismo en una doble cara de la moneda, realiza acciones bondadosas y humanas, su otra cara ante el temor que supone la liberación del pensamiento del humano, de tener libre determinación y libre criterio en las decisiones de cómo desea vivir su vida, prosiguen estas empresas de la fe proliferando su campaña de odio y discrimen por cada espacio de la tierra. Si pudieran cristianizar a la luna, la juzgarían por siempre alumbrar las noches de todas las personas en su diversidad política, religiosa y sexual.

Siguen sufriendo los corazones. Pretenden ser de amor sus dones sacerdocios y evangelios sufragistas de lenguas cobardes y tras un pulpito escondidas. Voces que escupen tricocéfalos cánticos ante el verbo que al hombre encarcela y que a la razón fatiga. Canónicos versos de contradicciones y rimas al libro depopulador a la raza humana. Lenguas mutágenas, horda de mercenarios, fusiles son sus cánticos sagrados y sangre es su arte de juzga, estiércol sus blancas almas.

Lenguas malditas aquí está mi lengua hecha letras libertarias ¡condenad estos versos una vez más! y mañana les cantaré su incumplimiento al mandato de no juzgar al prójimo, ese que elige ser libre y que no teme a la palabra del hombre si la del divino ha sido amancillada.

Escrito y publicado por Francisco J. Cartagena Méndez, El Jimagua

Escritor y Activista Social puertorriqueño

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