viernes, 22 de abril de 2011

No soy ateo, solo cenizas



Libre es la palabra verdadera, la falsa es toda una cárcel de temores... Jimagua

No soy ateo, soy solo cenizas
resurgidas de mis temores pasados
lucifer me llamaron entre risas
jah! ese pa’ mí es poco diablo.

Es de mi propio credo su inexistencia
a ustedes mis “impíos” versos declamo
si la libertad la juzgan desde antaño
religiones que fueron brisas sangrientas.


Ellos me hicieron presidente de Sodoma
Jah! volvieron sus perras risas
pero de Borikén soy hijo,
nací de su suelo antillano;

de Gomorra tampoco soy, callen sus voces impías
mírenme bien la frente, y mis ojos, y mis labios
soy homosexual, indio taíno, negro y africano.

También soy identidad y valía
mi homosexualidad fue dominando
circunspecto paso amilanado,

y si hicieron ellos de mi ayer su osadía
y si es su evidencia a otros ir juzgando
mi verdad me hace hoy gallardo.

No soy ateo, soy solo cenizas
si homosexual nací, así voy andando
sobre el sendero de fuego eclesiástico
de donde resurge hoy mi voz
en poesía libre por mis hermanos.

Escrito y publicado por Francisco Cartagena Méndez

El Jimagua

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sábado, 9 de abril de 2011

Corazón, Corazón Bravío


"Yo le canto a vosotros maricas, porque sois hombres
y en vuestras sonrisas se momificará para siempre
la risa de los inmortales". Abniel Marat, Poesía Homohumana II.

Corazón, corazón bravío
Poesía de Francisco, el Jimagua

Corazón que duerme su suerte al vino
por las corazas de sus deseos vivos
es su lucha rencor y ardua hazaña
es su dolor recuerdo vivo.

Su verdad fue hoy mente clara
sus pasos vuelven y se acobardan
cuando es su identidad lluvia de gritos.

Corazón que bombea el llanto de los impíos
fue el goce de su macho acto bravío
cuando le hiciera suyo en la mañana

y sintiendo el agarre de sus nalgas
y el miembro enchiesto su hombre le penetrara
su vergüenza la mandó a volar al infinito.

Volvió a amanecer y el sol trajo consigo
sentirse amaneciendo acompañado y vivo
un hombre que antes se autonegaba.

sagrado es el sexo ayer a él le enseñaban
que temores a sus instintos domeñaban
pero hoy agarraría su destino.

Nació otra mañana.

y atrás quedasen sus ayeres malditos
resurgió su corazón, corazón bravío
un hombre que en libertad hoy ama.

Escrito por Francisco J. Cartagena Méndez
El Jimagua / Derechos Reservados
4/8/2011

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jueves, 7 de abril de 2011

SÍ, SEÑOR OFICIAL, SOY HOMOSEXUAL, Periódico el Nuevo Día

SÍ, SEÑOR OFICIAL, SOY HOMOSEXUAL

Francisco Cartagena Méndez (Activista social)

Fulano era un adolescente al que sus amigos catalogaban como “diferente” al no interesarle los “juegos de machos” como el baloncesto, el boxeo o el béisbol. Un día a Fulano se le acercó un amigo de la familia quien era un oficial de la policía. El adolescente le contó sobre su soledad y eso de sentirse diferente. El policía tras expresarle a Fulano: “No les hagas caso, ellos no pueden ver lo especial que eres”, abusó sexualmente del adolescente.

El joven, quien después fue amenazado por ese policía, es hoy día un profesional y un veterano de guerra. Nunca había contado su historia a nadie, hasta hace unos días, cuando me pidió que la compartiera en una de mis columnas en este rotativo, al ver en los últimos meses tanta represión policiaca en contra de homosexuales.

Miles de homosexuales han sido víctimas de violaciones sexuales en su niñez, tanto por parte de familiares, como de líderes religiosos o policías. Pero muy en especial nuestras hermanas transexuales y transgéneros son víctimas de abusos físicos y sexuales por parte de policías o simplemente desconocidos.

Pero muchas de estas historias quedan silenciadas en el armario del temor, así como las agresiones físicas de las cuales fueron víctimas. Estas personas no sienten además, confianza hacia el sistema para confesar su calvario y reclamar que se les haga justicia, ya que el sistema es el primero en discriminarles.

En semanas recientes fuimos testigos de la insensibilidad por parte de un oficial de la Policía ante una madre desesperada que llevaba varios días sin saber de su hijo, pero que en definitiva desistió de hacer una querella al ser homosexual el joven.

También observamos el odió que escupió la boca de otro policía al arrastrar por el suelo y mofarse de la homosexualidad de un estudiante de la Universidad de Puerto Rico.

Mas nunca escuchamos al gobernador Luis Fortuño o al superintendente de la Policía, José Figueroa Sancha expresarse en contra de estas acciones. En mi plano personal como escritor y activista homosexual, y al tener exposición pública, he recibido insultos por parte de policías y amenazas de muerte en más de una ocasión de religiosos y desconocidos no religiosos.

Tal parece que las soluciones a la homofobia y al discrimen por parte del gobierno, en su sordera y en su lengua cortada para no hablar sobre homosexualidad, están abocadas al fracaso, si sigue dominando en este asunto un pensamiento político-religioso, y no se trata como un problema social-cultural.

Los derechos universales a la justicia, así como a la equidad de las leyes y las protecciones del estado hacia la comunidad homosexual en nuestra isla deben convertirse en realidad cuanto antes. Hay que preguntarse cómo aporta el Gobierno al mejoramiento de la calidad en la salud mental de la ciudadanía, si evidencia insensibilidad a la diversidad y hacia un sector que contribuye a la economía y a la fuerza trabajadora y que desea poder vivir su identidad como los demás. Sector que lamentablemente está a merced de las cadenas político-eclesiásticas que señalan y condenan su identidad sexual.

Tampoco nos gustaría pensar que el cuerpo policiaco cultiva un perfil de machos insensibles con problemas de superioridad, de represiones, de fuerza bruta. Pero lamentablemente ésa es la imagen que les caracteriza ante muchos.

Los homosexuales no representamos el pecado,. Éste está representado por aquellos que nos juzgan e intentan humillarnos. La verdad homosexual y el amor homosexual nunca podrán hacer el daño que la homofobia pretende y que pretende el uso incorrecto del nombre de Dios.

Señor político, señor policía, hermano religioso, yo soy homosexual, yo soy una verdad. Y tú, ¿qué eres?

Comentarios a eljimagua@live.com

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lunes, 4 de abril de 2011

Fénix de mi Identidad



Fénix de mi identidad

Aleteó el ave sus alas incandescentes, y murió en el abrazo furtivo de su soledad.

Pero era hecha de fuego su identidad, que resurgiría al ocaso de su verdad.

Tuve que vivir en ti

para morir en tu recuerdo,

no siempre se resurge entre sombras

ni en oscuros senderos, ni en cuentos de camino.

Solo se resurge de las cenizas

del alma que niega seguir soñando entre abismos,

donde yace el corazón que ya no aguanta más

y que grita desde adentro, muy adentro

todas sus verdades al mar.

Tuve que sentir con ahínco

lo que sentía desde mi adolescencia pura

tuve que recorrer pieles desconocidas

creerme amando entre bambalinas

y devorando pieles alejarme de dudas,

para vivir en ti

y morir en tu recuerdo.

Tuve que sentirme atrapado entre los rieles

del tren del pasado que duerme conmigo;

hay voces que nunca callan su discrimen

hay discrímenes que callan muchas bocas

y tallan nudos en la garganta de las identidades.

Tuve que vivir en el ayer de tormentosas ciudades

ante el tumulto eclesiástico opresor

hecho del dedo que asfixia un útimo respiro

solo para saber que es el olvido

mísera burbuja de añoranzas y esperanzas vanas

que nos queman el corazón a quienes hemos vivido.

Nunca, pero nunca se olvida si se nos juzga,

más se perdona y se comienza a vivir de nuevo,

libres

con la verdad pintada en nuestras frentes

para que sepa el mundo nuestra existencia

homosexuales malditos y condenados al fuego

el Fénix se hizo de auto-aceptación, valía y respeto,

y resurgió en su propio orgullo, identidad cierta.

Amemos encima de nuestras cenizas

más allá de todo olvido

pues el olvido también resurge al paso;

sigamos pues amando, siempre amando

para renacer siendo quienes siempre hemos sido.

Tuve que vivir en mi identidad doblegada

para renacer en mi grito;

estoy hecho de lamento, dolor y rencor.

Hoy por hoy soy quien siempre he sido

soy homosexual, soy recuerdo y verdad,

resurgió el Fénix entre el arcoíris redentor

redimeindo sus temores al amor bravío.

Escrito y publicado por Francisco J. Cartagena Méndez

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