martes, 14 de abril de 2015

Ser Homosexual

Ser Homosexual
Por: Francisco “El Jimagua” Cartagena
Activista Social, Columnista, Escritor


Recuerdo que en mi niñez mentí a todos los que me rodeaban, hasta creo que estuve a punto de mentirme a mí mismo, pero ello no era posible, no era una opción. Por más “normal” que quería aparentar ser, por más ‘novias de escuela’ que tuve, se incrementaban, en lo duro de la ocultes, mis verdaderos sentimientos. En lo anormal del hecho de querer ser “normal” sabía que yo era homosexual, lo supe desde niño.

Ser homosexual es un reto.  Muchas personas somos obligadas a ocultar nuestra verdadera identidad sexual, debido a que existe un masivo rechazo, diversos tipos de discrimen y el asiduo fundamentalismo mediático y eclesiástico que nos llenan de temor y sufrimientos.

Los homosexuales tenemos que sobrevivir al discrimen que crece dentro de muchas iglesias y que, va adoctrinado a nuestros propios familiares a ir en contra de la homosexualidad. Ese discrimen viene acompañado por prédicas de odio y condenas que calan en lo profundo de las mentes de aquellos a quienes quisiéramos gritarle nuestra verdad y que, quisiéramos nos amen tal cual somos.

Ser un homosexual libre muchas veces supone encarar burlas, ofensas y agresiones. Pero no termina aquí, también nos enfrentamos al discrimen laboral, político y social. Todas estas tristes realidades se traducen en suicidios, sufrimientos y la doble vida.

Los homosexuales debemos luchar contra la persecución de líderes religiosos que, desde su opulencia y poder obtenido (tras el exorbitante diezmo que obtienen con mentiras), ilegítimamente se creen con derecho de doblegar a nuestros países a aceptar sus liturgias y doctrinas extremas.

Es importante recordar que los dirigentes políticos deben  asegurar que las leyes sean para todos y todas. Cuando los políticos se doblegan ante líderes religiosos extremistas y firman leyes “inclusivas” en las que el lenguaje de estas leyes permite seguir discriminando, no están siendo democráticos.

La homosexualidad es una identidad sexual hermosa. Vivimos los homosexuales todas las emociones y sentimientos que envuelven las relaciones de pareja o cualquier humano. No tenemos un demonio adentro, nuestras almas son blancas y ante tanto dolor, somos mucho más sensibles con el prójimo y nuestros familiares.

Ser homosexual significa no doblegarnos ante las persecuciones contra lo que es natural, la homosexualidad. Es un grito de libertad y equidad que no logrará callar el dinero, el poder, ni la religión, ni un Dios.  Ser homosexual es posible, siempre lo ha sido. 

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