Ser
Homosexual
Por: Francisco “El Jimagua”
Cartagena
Activista Social,
Columnista, Escritor
eljimagua@live.com | Twitter: @eljimagua -
www.twitter.com/eljimagua
Recuerdo que en mi
niñez mentí a todos los que me rodeaban, hasta creo que estuve a punto de
mentirme a mí mismo, pero ello no era posible, no era una opción. Por más
“normal” que quería aparentar ser, por más ‘novias de escuela’ que tuve, se
incrementaban, en lo duro de la ocultes, mis verdaderos sentimientos. En lo
anormal del hecho de querer ser “normal” sabía que yo era homosexual, lo supe
desde niño.
Ser
homosexual es un reto. Muchas personas
somos obligadas a ocultar nuestra verdadera identidad sexual, debido a que
existe un masivo rechazo, diversos tipos de discrimen y el asiduo
fundamentalismo mediático y eclesiástico que nos llenan de temor y sufrimientos.
Los
homosexuales tenemos que sobrevivir al discrimen que crece dentro de muchas
iglesias y que, va adoctrinado a nuestros propios familiares a ir en contra de
la homosexualidad. Ese discrimen viene acompañado por prédicas de odio y
condenas que calan en lo profundo de las mentes de aquellos a quienes
quisiéramos gritarle nuestra verdad y que, quisiéramos nos amen tal cual somos.
Ser
un homosexual libre muchas veces supone encarar burlas, ofensas y agresiones.
Pero no termina aquí, también nos enfrentamos al discrimen laboral, político y
social. Todas estas tristes realidades se traducen en suicidios, sufrimientos y
la doble vida.
Los
homosexuales debemos luchar contra la persecución de líderes religiosos que,
desde su opulencia y poder obtenido (tras el exorbitante diezmo que obtienen
con mentiras), ilegítimamente se creen con derecho de doblegar a nuestros
países a aceptar sus liturgias y doctrinas extremas.
Es
importante recordar que los dirigentes políticos deben asegurar que las leyes sean para todos y
todas. Cuando los políticos se doblegan ante líderes religiosos extremistas y
firman leyes “inclusivas” en las que el lenguaje de estas leyes permite seguir
discriminando, no están siendo democráticos.
La
homosexualidad es una identidad sexual hermosa. Vivimos los homosexuales todas
las emociones y sentimientos que envuelven las relaciones de pareja o cualquier
humano. No tenemos un demonio adentro, nuestras almas son blancas y ante tanto
dolor, somos mucho más sensibles con el prójimo y nuestros familiares.
Ser
homosexual significa no doblegarnos ante las persecuciones contra lo que es
natural, la homosexualidad. Es un grito de libertad y equidad que no logrará
callar el dinero, el poder, ni la religión, ni un Dios. Ser homosexual es posible, siempre lo ha sido.
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