jueves, 15 de marzo de 2012

El Sexo, pecado blanco, dulzura angelical



EL SEXO, PECADO BLANCO, DULCURA ANGELICAL

Por: FRANCISCO J. CARTAGENA MENDEZ, EL JIMAGUA

Escritor y Activista social

Comienzo por decir que a puerta cerrada, en los seres humanos que no son tiesos al momento del sexo, la vulgaridad y la palabrería soez cobra auge, esto en una liberación total en donde dos almas poseen destino recíproco, rendirse ante el deseo del cuerpo.

Sucede que el sexo es el pecado blanco. Es la libre dulzura de dos cuerpos que se rugen placeres en la pasión desenfrenada. Es esa pasión que se desnuda en la privacidad de un cuarto, en un motel, o en; ¿una playa? No importa donde suceda tal docilidad, el sexo es el deseo que se suda en el momento del fuego, y no, no hay avernos en su acción. Claro si las dos personas poseen el libre pensamiento de que el infierno solo es sentencia al alma encarcelada al credo.

En el pasado, en algunas de mis poesías eróticas he escrito sobre historias sexuales un tanto elocuentes de manera tal, que el lector logre imaginar el acto sin ofenderse. Por ejemplo; esos versos de mi poema ‘En un sueño te hice el amor’, que lee en una de sus estrofas; “como fiera te he devorado y; te di caricias, te besé, te volteé, e introduje en ti, toda mi grandeza y; el sudor se impregnó piel con piel.

Pero mi gente aunque a mi entender no hay vulgaridad en esos versos, en las redes sociales hay tantos chismosos, que me he enterado de comentarios sobre mis poesías eróticas, que me describen como un bellaco malo. Si lo soy o no, a nadie le importa. Pero el climax de este texto trata sobre dicho tema y dejo saber esta realidad cómica sobre mi supuesta “bellaquería o promiscuidad” con un propósito que busca aforar el concepto “sexo”.

El sexo es el arte de sentir placer y el placer proviene del deseo. Si dos personas sienten deseo mutuo y deciden expresarlo mediante el acto del sexo, llevarlo a cabo es lo más normal del mundo.

Lo que no es normal es que asechados por la idea moralista popular, nosotros mismos creamos que al hablar de sexo o al tenerlo, estemos cometiendo pecado o siendo vulgares. La libertad del ser humano estriba en las decisiones individuales y que no preguntan al vecino ¿puedo hacer esto o aquello?...

Los que decidimos vivir lo más libre posible nuestras vidas cureosamos más allá de los límites propuestos ante la moral y la opinión de los demás. Pero de igual manera debo exponer la importancia de siempre mostrar respeto ante el prójimo, los ancianos, la mujer y los niños.

Así el sexo es el pecado blanco que llevado a la acción y ante la entonación de hermosos y libres gemidos se convierte en un coro angelical. No importa si no estas casado o casada, no hay pecado en el sexo, pero siempre es pertinente RECORDAR que la protección es impresindible en el acto. 45 minutos de placer pueden troncharte toda una vida de metas y sueños, o al menos atrasarte.

Así que si eres heterosexual, bisexual, homosexual, lesbiana, transexual, transgénero ten sexo si lo deseas y con quien quieras, pero ojo; siempre protégete. Desea, siente, y sobre todas las cosas ama en completa libertad. Comentarios a eljimagua@live.com

1 comentario:

Marcos Aballes dijo...

Mi nombre es: Marcos Aballes o mas actualizado: Pedro B. Aballe, me podran encontrar en toda la web o en la red cibernetica, ya que he sido un activo participante de diversas paginas con criterios literarios o intelectuales de interes cultural.
Mi opinion o concepto de hombre pensador y con amplios criterios libres, es el siguiente y en especial sobre el contenido de tu alegoria defensiva, es el siguiente....Estoy muy de acuerdo con tu retorica literaria y poetica en todos los sentidos. Eres un ser humano de amplia vision universal dentro de la cultura humana. Admiro tu intereza y gran valor del verbo que utilizas como lanza en ristre en contra de los mediocres pusilanimes, que se invilesen cubriendose detras o debajo del manto de la moralidad cultural educativa y religiosa. No creo en ninguno de ello, ni en sus futilezas cargadas de felonia y vilezas insidiosas muy mal intencionadas. La covardia hace de los envidiosos temerosos del que diran, convierten en profanos criticos moralista cautivos de sus propias desgracias carentes de derechos y libertades de obsiones y acciones sin cadenas. La exprecion del cuerpo es un signo de libertades por naturalezas deshenividas, sin falsos prejuicios o dolencias de perezas o devilidades de causas y razones por derechos.