Ética, Valores, Homosexualidad
Por: Francisco J. Cartagena Méndez, El Jimagua
Escritor y Activista Social
12/15/2010
Creció el joven en una familia conservadora en donde todo se relacionaba con lo moral y lo religioso. Vivía atemorizado, asqueado de lo que en su interior crecía junto a su adolescencia. Pensaba el joven “soy inmoral”, mis padres siempre condenaron a otros como yo, que debo ocultar mi identidad. Creció el joven tan atemorizado, tan humillado y tan señalado, que una correa en su cuello dio paso al suicidio, su supuesta salvación.
Durante décadas se ha vinculado a la homosexualidad como una acción alejada de “los buenos valores”, pero esta aseveración es toda errónea en el verdadero significado de lo ético, y lo moral.
La ética no es coactiva ya que no impone castigos legales al sus normas no ser leyes, sino que ésta ayuda a la justa aplicación de las normas legales en un Estado de derecho. La capacidad del hombre de auto-determinarse, de asumir la dirección de su vida, y de ejercer esta capacidad en una acción concreta, lo determina como hombre libre y en cuanto libre, un sujeto ético. El homosexual que es libre y vive en la verdad de su identidad es una persona ética y moralmente honesta.
Lo moral refiere a un conjunto de creencias y normas de una persona o grupo social determinado que oficia de guía para el obrar; es decir, que orienta acerca del bien o del mal —correcto o incorrecto— de una acción o acciones.
Hay quien condena la homosexualidad partiendo de creer estar haciendo un bien a la “familia tradicional”, que su acción discriminatoria le representa ser un héroe de los buenos valores. Pero las buenas acciones son aquellas que nos provocan sensaciones positivas, y por ninguna circunstancia hacen mal a los demás. En cambio las malas intenciones son aquellas acciones que sabemos que están mal, y que causan sufrimientos y dolor en nosotros y las demás personas.
Al relacionar la ética y los valores con la homosexualidad, continuamente el tema se saca de contexto al realizarse expresiones discriminatorias basadas en postulados morales, pero siendo lo moral y lo ético una representación del bien y lo justo, e implicando justicia y equidad, la acción correcta sería igualar los derechos en todos los seres humanos.
La persona que reconoce las identidades sexuales particulares como autenticas, reflexiona sobre todo lo que ayuda a la realización auténtica de la persona, y rechaza lo que impide esa realización diversa. Entonces la pregunta moral, que relaciona el cómo hacer el bien, se sustenta en la presunción de que del hombre bueno presumen buenos actos, sin embargo no es lo mismo la búsqueda del ser bueno con el esfuerzo por hacer el bien. La pregunta moral del cómo hacer el bien, implica una condición de apertura hacia los demás, en este caso a la homosexualidad como una realidad.
En la balanza de la vida hay muchos pesos y no todos son fáciles de cargar o sobre llevar, en especial los que se refieren a lo emocional o lo afectivo. La tolerancia debe ser empleada cuando sobre “algo equivocado” se piense que impedirlo provocará un mal mayor o impedirá un bien superior. Sobre el tema de la homosexualidad impide un bien social, ya que aun en el pensamiento equivoco de tener que “tolerar esta identidad” tolerarla contribuye a disminuir el discrimen, la mofa y las ofensas en contra de los homosexuales.
Ser intolerantes no cambia la identidad de una persona, en cambio reconocer que no se tiene que tolerar la misma, sino respetar a todo ser humano en torno a su identidad, raza, género o discapacidad física, nos hace buenos empleadores de la ética con las personas y nos hace verdaderamente hacer un buen uso de los buenos valores al no hacer daño a los demás.
La moral y los valores religiosos, necesitan entonces una redefinición que haga valer y sustente sus propios postulados teóricos sobre el libre albedrío y el amor y misericordia de Dios. ¿Amarás a tu prójimo como a ti mismo? ¿No Juzgarás? ¿Sodomitas, herejes, inmorales todos los homosexuales?, pensar de dicha manera es dar paso a la desviación de la prédica del amor de Dios , quien no reconoce como buenos valores el arte de juzgar y oprimir a las personas homosexuales por representar una realidad creada por el mismo Todo Poderoso.
5 comentarios:
Como siempre resaltas lo humano, lo justo, la hermandad y el respeto colectivo, te felicito Jimagua
Eres grandeeeeeeeeeee
"Hay quien condena la homosexualidad partiendo de creer estar haciendo un bien a la “familia tradicional”, que su acción discriminatoria le representa ser un héroe de los buenos valores. Pero las buenas acciones son aquellas que nos provocan sensaciones positivas, y por ninguna circunstancia hacen mal a los demás".
Bien dicho Jimagua
no soy gay ni homosexual, soy heterosexual, pero eso que escribes, es excelente, super humano, de acuerdo con los comentarios. solo somos humanos. el que tiene tiempo para sojuzgar a sus semejantes...solo quiere destruir..
Muchas gracias por tu comentario! Seguimos luchando! Att: El Jimagua Jimagua
Publicar un comentario