Por: Francisco “El Jimagua” Cartagena Méndez
Activista de Derechos Humanos – Presidente Fundación ASI
Twitter: @eljimagua
“Vaso de agua sobre la mesa, se levanta un corazón enajenado. No hay maquillaje o lentes de sol que oculten los temores y tristezas de un alma que mucho ha soportado. Hoy abrí mis ojos entre desilusiones amilanadas, mariposas sobrevolaban por los aires de un recuerdo amargo, haber leído al amanecer dura reseña, ¡un hombre a su mujer ha asesinado!”
Las Naciones Unidas definen la violencia contra la mujer como "todo acto de violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada".
La violencia de pareja se refiere al comportamiento de la pareja o ex pareja que causa daño físico, sexual o psicológico, incluidas la agresión física, la coacción sexual, el maltrato psicológico y las conductas de control.
La violencia sexual refiere a la tentativa de consumar un acto sexual u otro acto dirigido contra la sexualidad de una persona mediante coacción por otra persona, independientemente de su relación con la víctima, en cualquier ámbito. Comprende la violación, que se define como la penetración, mediante coerción física o de otra índole, de la vagina o el ano con el pene, otra parte del cuerpo o un objeto (OMS, 2016).
Por otro lado, la violencia de género incluye el maltrato o agresión física, sexual o psicológica tanto por parte del hombre hacia la mujer, como de igual manera de parte de la mujer hacia el hombre.
Según datos de un informe de la Organización Mundial de la Salud (2013), la violencia física o sexual es un problema de salud pública que afecta a más de un tercio de todas las mujeres a nivel mundial. En todo el mundo, casi un tercio (30%) de las mujeres que han tenido una relación de pareja refieren haber sufrido alguna forma de violencia física y/o sexual por parte de su pareja.
En España, según los datos del Observatorio de Violencia Doméstica y de Género adscrito al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), se registran cada año unas 140.000 denuncias por delitos o faltas relacionadas con la violencia machista, y el grueso de las sentencias en los juicios que se generan en consecuencia son condenatorias (Diario El Mundo, 2013).
Es importante resaltar que un 38% de los asesinatos de mujeres que se producen en el mundo son cometidos por su pareja. Estas formas de violencia pueden afectar negativamente a la salud física, mental, sexual y reproductiva de las mujeres y aumentar la vulnerabilidad al VIH.
La violencia de pareja y la violencia sexual son perpetradas en su mayoría por hombres contra mujeres y niñas. El abuso sexual infantil también afecta a niños y niñas. En los estudios internacionales realizados, aproximadamente el 20% de las mujeres y el 5%-10% de los hombres refieren haber sido víctimas de violencia sexual en la infancia. La violencia entre los jóvenes, que incluye también la violencia de pareja, es otro gran problema.
Factores de riesgo
Entre los factores asociados a un mayor riesgo de cometer actos violentos cabe citar un bajo nivel de instrucción, el maltrato infantil, o haber estado expuesto a escenas de violencia en la familia, el uso nocivo del alcohol, actitudes de aceptación de la violencia, y las desigualdades de género (OMS, 2016).
Violencia contra hombres
La violencia de género contra hombres es un tema muy poco abordado en la mayoría de las sociedades. Muchos hombres sienten vergüenza denunciar patrones de abuso físico, sexual o emocional por parte de sus parejas mujeres, por lo que tener un número probalístico de estadísticas sobre este tipo de violencia se hace más difícil.
Otro asunto lo es la violencia de género en parejas del mismo sexo o gays, debido a que los miembros de la comunidad LGBTT por lo regular no realizan denuncias de violencia doméstica o de pareja, ya que poseen un gran temor a ser discriminados/as por la policía por causa de su orientación sexual.
En España, en 2011 siete hombres murieron a manos de sus parejas o ex parejas, según los datos del informe sobre violencia doméstica del Consejo General del Poder Judicial. Los agresores fueron cinco mujeres y dos hombres.
Esta violencia no es comparable a la violencia de género ni en cifras ni en cuanto al origen y trasfondo social y cultural. En ese mismo periodo 62 mujeres murieron asesinadas por sus parejas. Apenas supone un mínimo porcentaje de esta dramática estadística y tal vez esa sea una de las razones que explica la ausencia de estudios específicos sobre las víctimas masculinas.
¿Qué podemos hacer?
Primero debemos comprender que todo acto envuelto en la violencia debe ser condenado y prevenido en nuestras sociedades, para lo cual la educación sexual y sobre la perspectiva de género, así como las campañas de concienciación son de vital importancia.
Si eres víctima de violencia de pareja habla a tiempo y busca ayuda, identifica los organismos del estado o las ONG’s que pueden brindarte ayuda y protección.
En ONG Lgbt España creemos que se debe promover un pensamiento crítico y sensible que permita a toda persona a:
1. interesarse por la realidad actual de la violencia en su país.
2. comprender que ninguna otra persona tiene poder sobre su dignidad física, emocional o sexual.
3. fomentar las denuncias de casos de violencia de pareja o género (presenciar y callar es ser cómplice)
4. programas de protección a las personas que realicen denuncias en sus vecindarios o sobre familiares que son violentos con sus parejas.
5. educar sobre la prevención de la violencia desde temprana edad en instituciones educativas.
6. fomentar el respeto a las diferencias y a las diversas orientaciones sexuales e identidades de género.
Se debe eliminar la tolerancia a todo tipo de violencia, ya sea familiar o de pareja. Es importante mejorar los programas de apoyo y protección de víctimas de violencia doméstica y fomentar las diferentes formas que estas víctimas poseen para solicitar ayuda a tiempo, evitando una posible desgracia fatal.
El respeto los unos con los otros es la clave para crear mejores sociedades en donde la violencia de género no acapare los titulares de noticias. Juntos y juntas podremos lograrlo, mediante un interés genuino por vivir una vida marcada por la tolerancia, el respeto y el amor hacia nuestros semejantes.
Esta columna la he escrito como parte del Proyecto Cinematográfico de ONG Lgbt España
#PorUnFuturoSinViolencia