Por: Francisco "El Jimagua" Cartagena Méndez
Escritor y Activista de Derechos Humanos
Twitter: @eljimagua
Los vemos en la calle. Nos miran con el deseo
entristecido, quisieran ser como nosotros. En ocasiones lanzan el relajo para
liberar el temor de sentirse obligados a vivir en el armario. Tristemente, en
pleno siglo 21 hay miles o millones de personas en el mundo viviendo una doble vida.
Yo soy gay. Abiertamente gay. Quienes me conocen saben
de mi libertad, de mis relajos y de lo jovial que puedo llegar a ser. He notado
que esa libertad que me caracteriza, ha provocado en más de un amigo temor. Esos
amigos gay de closet que todos tenemos.
Tristemente les observo y me entristece ver cómo
ocultan sus verdaderos sentimientos. Su verdadera identidad sexual. Pero no
siento ser nadie para decirles cómo vivir sus vidas. El tiempo les dirá si
deben ser totalmente libres o si seguirán ocultando sus sentimientos.
Mi problema para con estas personas es cuando se
tornan en contra de las personas gays que son totalmente libres. También me
incomoda que le saquen el calzo (ignoren) a otros gays, por miedo a que
descubran, que ellos, también son gays. Mientras tanto, solamente nos queda
educarles, con nuestro ejemplo de libertad y de felicidad (tras nosotros sí, vivir
fuera del armario).
La condena gay, la cultura en la que crecemos, el
discrimen y las LGBTT fobias son culpables de esta triste realidad. Me duele
pensar en el dolor tan inmenso que vive otro hombre gay que como yo, desearía
vivir libremente sus deseos y sentimientos. Creen no poder hacerlo, a pesar de
ver a amistades que sí lo hacen. Lo cierto, es que no somos nadie para
juzgarlos por ello.
Hay gays en el closet por la condena religiosa, porque
hay hombres y mujeres que crecieron escuchando a sus padres condenar y maldecir
a otras personas homosexuales. Por temor a ser burlados (as), agredidos (as) o
no aceptados (as).
Debemos apostar por un futuro en el que las personas
sean tal cual son libremente. Sin que se les juzgue, discrimine, condene, se
les vacile o agreda por ser una realidad de la vida. Es por ello que sigo
insistiendo que hace falta mucha educación sexual y sobre la diversidad humana.
Solamente cuando toda persona en el mundo se sienta completamente
libre, conceptos como la democracia, los derechos humanos, la Ley y la
libertad, serán una realidad de vida en el planeta tierra.
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