miércoles, 9 de julio de 2014

Así llora un Homosexual



Hay muchas razones por las que los seres humanos podemos llorar. Pero al homosexual le sobran razones no solo para hacerlo, sino para convertir ese llanto en fuerza y vida. ¡Levante esa frente muy en alto!

Hay un joven en su cuarto en solitario. Se encuentra llorando inconsolablemente. Su cielo se tornó gris cuando escuchó a su propio padre burlarse de los homosexuales. Resulta, que este joven de 16 años de edad, ya sabe que es eso mismo que su padre burla sin mesura alguna.

Cuando un homosexual llora, lo hace ante el discrimen que siente de los demás, o por el temor a que se descubra su verdad. Puedo asegurar que no solo está llorando, sino que sufre en silencio el oprobio de ser juzgado sin razón alguna.  
Hay homosexuales que lloramos, cuando nos enteramos que otros joven gay, se quitó la vida por causa del discrimen y el rechazo. 
Desde temprana edad los homosexuales nos enfrentamos a dilemas con nuestra propia persona, nuestros familiares y el entorno en el que nos desenvolvemos, pues nuestra identidad sexual está sujeta al discrimen y el rechazo.
Un homosexual llora cuando siente que es adusto el señalamiento a su identidad sexual de nacimiento. Se llora, porque sabemos de historias pasadas, en las que homosexuales fueron víctimas de rechazos y golpizas por sus propios familiares, tras éstos enterarse que eran gays.
Lloramos porque desde temprana edad escuchamos la palabra “pato” de manera despectiva en nuestra contra. Ese insulto milenario que escuchamos en la escuela, en el vecindario, en la televisión y en la radio.
Un homosexual llora agostado de rencor con la vida, porque sabe que no es justo, no poder vivir y amar con la misma libertad de los heterosexuales. ¿Cómo va a hacerlo? Si la religión ha logrado cercenar los pensamientos de sus familiares y amigos, que temen a lo que la religión tanto condena, a los homosexuales. 
Lo más importante en este corto recorrido por las lágrimas del homosexual, es que ayudemos a quienes son más jóvenes, a convertir ese llanto en toda una muralla contra el discrimen. 
Quienes dejamos atrás el llanto que ocasiona el temor y el rechazo, y que vivimos hoy nuestra homosexualidad libremente, podemos ser personas de ejemplos en la vida de muchos jóvenes que no saben cómo controlar su llanto.
El homosexual también llora porque ha perdido las ganas de vivir y ha pensado en dar paso al suicidio. Es por ello que es importante que reflexionemos, si vamos solo a quejarnos por encima del discrimen y el fundamentalismo…
… o si por el contrario, nos interesaremos en crear campañas y nuevas maneras de promover la VIDA en el Homosexual que hoy, llora agobiado por el discrimen, el rechazo, la burla y la condena. Comentarios: eljimagua@live.com

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