Por: Francisco El Jimagua Cartagena Méndez
Escritor y Activista de Derechos Humanos
28/08/2014
¡Una mirada homosexual desde el Caribe, fragor antillano!
La vida
pasa por nuestros ojos como un relámpago asesino. La homofobia arrebató
de mis labios, aquellos besos en mis tiempos de adolescente, en los que
quise besar a otro chico. Tuve que ocultar por muchos años mis deseos y
mis sentimientos homosexuales. Fueron tiempos en los que lloré tantas
noches, en las que la felicidad era un acto hipócrita en mi persona.
Guardo
mucho rencor con la vida. No pude amarles, no pude sentirles, no pude
besarles. Ellos a mí tampoco, hoy tengo la inmensa duda sobre si alguno
también ocultaba su homosexualidad.
Descubrí desde muy corta edad
que tenía una gran atracción física por otros chicos. Me gustaban
físicamente y lo comprendí desde mis seis años, sino desde antes. Ya a
los ocho o nueve años de edad, varios compañeritos de escuela me
provocaban palpitaciones y emociones que aún no comprendía del todo.
Pero
mi interior me advertía que no debía expresar lo que estaba sintiendo,
ya que que si lo hacía, sufriría mucho. Oculté mi verdad y oculte mis
sentimientos.
Nací gay, pero crecí siendo un heterosexual más.
Tuve muchas novias de escuela. Llegué entregar uno de esos papelitos en
los que los chamacos preguntamos a una chica ‘¿quieres ser mi novia, me
das el sí?’, pero en realidad deseaba más a los chicos.
Actualmente
tengo 29 años de edad y se me hace difícil comprender, el porqué no
tuve la oportunidad de ser quien soy desde mi niñez. Uno pierde
emociones, oportunidades, deseos, pero sobre todo uno pierde esperanzas
ya sin retorno.
Esos amores platónicos de la niñez o la
adolescencia ya no volverán. Simplemente me fueron arrebatados por causa
del discrimen religioso y la homofobia. No es justo.
Me
pregunto; ¿habrá soñado conmigo alguno de esos chicos con los que soñé?,
¿si hubiera tenido el valor de confesar mis sentimientos, hubieran sido
recíprocos en algún momento de mi niñez o adolescencia?
También
me pregunto; ¿Cómo hubiera sido el haber podido sentir un beso de otro
chico en la escuela, poder realizar mis deseos sexuales, mis deseos
homosexuales sin que nadie se alarmara, sin que nadie me golpeara o se
burlara de mi realidad?.
Los amé a todos, les desee y les besé
cada espacio de sus cuerpos. Les hice el amor desde mi bañera, mi cama o
en algún lugar solitario. Cualquier lugar que me permitiera echar a
volar la imaginación. Pero les amé, aunque nunca supieron de mi amor y
del roce de mis labios.
Por ejemplo, Luigi era un compañero de
escuela elemental. Era de mi misma estatura, ¡y mira que yo era bajito!,
tenía los labios gruesos, pero cuando sonreía encontraban una finura,
como un rayo de luz hermoso. Su cuerpo era perfecto. Nalguitas paraítas,
un tanto delgado (lo normal), simplemente me era un chico hermoso.
Un
tiempo luego apareció Francisco “pito”, uno de los nenes más preciosos
que mis ojos hayan avistado. Era mucho mayor que yo, pero aún así su
sonrisa, su cara perfilada y sus ojos tan penetrantes, lograron
enloquecer muchas de mis noches.
A mé a otros chicos desde el
silencio y con mis manos en movimiento, hoy amo desde el abrazo de mi
pareja del mismo sexo. Hoy soy feliz, ayer nunca lo fui
Cuando el amor bese a la libertad, viviremos mejores tiempos. Comntarios a: eljimagua@live.com
Biografía/Biography
jueves, 28 de agosto de 2014
Quisiera haber podido amar – Yo nací Gay
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1 comentario:
Este madrigal es un tesoro, bendito Dios que te inspiró para hacer de estas bellas letras un compendio de libertad y así crecer en el amor que emana del corazón del Creador...gracias por tu creación literaria parece que me conocieras porque has relatado mi vida triste y glacial. Dios te bendiga .
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