VOTO POLÍTICO DE LA COMUNIDAD LGBTT
POR: FRANCISCO CARTAGENA MÉNDEZ
Activista Social
La dignidad,
o «cualidad de digno», deriva del adjetivo latino dignus y se traduce
por «valioso». Hace referencia al valor inherente al ser humano en cuanto ser
racional, dotado de libertad y poder creador, pudiendo modelar y mejorar sus
vidas mediante la toma de decisiones y el ejercicio de su libertad.
Un
voto íntegro por un partido político, sea cual sea, que atenta en contra de tus
derechos, tu identidad y dignidad humana,
es un voto que va directo a la basura en la que esos líderes depositan
su discrimen, su homofobia y la afrenta que va en contra de los derechos
universales, que a todos los seres humanos se les debe otorgar.
El
vertedero lo es la política pública secuestrada por la religión y los valores
morales modificados a la conveniencia política individualista, que busca el
beneficio propio más allá de la justicia social y el derecho en propiedad del
hombre, que siendo innegable, por el actual gobierno se niega descaradamente.
¡Vamos
boricua! que la política os ha dejaos ciegos a vosotros quienes luchan por la
Estadidad descontroladamente con los espejuelos del fanatismo político. Ese que
a su vez os podéis hacer indignos. Sí, porque un voto íntegro por el Partido
Nuevo Progresista (PNP) es uno en contra de tu identidad y dignidad humana.
¡Joder! existe el voto por candidatura o mixto, el voto verdaderamente
inteligente.
Antes
de proseguir me gustaría decir que ‘en mejores cazuelas he frito mi chorizo”. Y mi chorizo (mi corazoncito, no sean mal
pensados) se entristece al saber que colectivamente la comunidad LGBTT
sufre de aquel mal milenario del fanatismo político.
Si
bien la dignidad nos dota de libertad, del poder crear auto-análisis y propicia
la toma de decisiones, podemos comenzar a utilizar la Dignidad como un motor
creador de acciones. Acciones que nos hagan merecientes de este concepto,
merecientes de la dignidad.
Esta
otra expresión de desespero pero va ahora a lo boricua; ¡coño homosexual!, si no luchas tú por tus derechos, si no te
integras a la lucha, si no te unes a las
filas del batallón de seres humanos que diariamente lanzan el grito, o que
privada y públicamente se “joden” la espalda
en la Internet, en los tribunales, o en la calle, para que se nos trate
con igual respeto, con iguales derechos, entonces podéis terminar siendo
indignos.
Sobre
el gobernador Luis Fortuño y sus programas educativos “tus valores cuentan” o
su carencia de justicia para la Comunidad LGBTT en su programa de Gobierno
podemos especular muchas cosas, pero me limitaré a decir que el primer hombre
que no tiene palabra en Puerto Rico es él, (Fortuño).
Fortuño,
representa al cobarde monigote que en armonía con la iglesia y los “valores
tradicionales” es un gobernante le importa un bledo los sentimientos, los casos
de violencia, el discrimen y los crímenes de odio en contra de los
homosexuales.
Es
como si su visita a la Iglesia de Wanda Rolón (la visita de Fortuño) no significó
un insulto a sus propias convicciones religiosas, algo así como una traición.
Es como la meretriz que se viste con su mejor prenda y le va al mejor postor, y claro ‘la Rolex’ tiene
mucho que ofrecer al gobernador, el poder del voto.
No
podemos aceptar las expresiones de Luis Fortuño sobre que los derechos humanos son “peleas de adultos
afectando a los niños” y que el que se permita a la pareja del mismo sexo igual
oportunidad de visita a los hospitales sea una “caridad”. Así como tampoco el
que indique que no apoya las uniones de
hecho y que esté en contra de la educación con perspectiva de género porque “provoca
confusión entre los estudiantes”.
La Comunidad LGBTT tiene un poder
electoral que hasta hoy no ha sido calculado y no ha sido tomado en cuenta. Si
comenzamos a hacer sentir nuestra indignación en contra de aquellos partidos y
líderes políticos que nos discriminan y crean medidas legislativas en nuestra
contra, podrían ellos comenzar a temblar, porque el arcoíris siempre sale en su
mejor momento.
Este es nuestro momento, hay otras
alternativas, nuevos Partidos que en sus programas de Gobierno nos otorgan la
igualdad de derechos, pero para hacerla realidad, hay que comenzar a votar
distinto. Comentarios al autor a; eljimagua@live.com.
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