En uso de mi libre albedrío;
Deje de hacer el ridículo Wanda Rolón, porque censurar
a las almas que eligieron ser valientes y libres es un absurdo que solo cabe en
la mente de alguien que busca bulla cuando se siente apagada y con falta de
publicidad, porque usted es un alma oscura en la vejación de llamarse
cristiana.
Este es mi apotegma a su gran hazaña Rolón, este es mi
verbo, puede hacerle caso o no, puede entenderlo o no, puede importarle o no,
pero a mi si me importa escribirlo y promoverlo, porque los falsos profetas
serán señalados no por el Dios o el Divino, sino por las almas que elegimos ser
libres de opresores como usted, porque la religión está escrita de llanto y
sangre, porque en nombre de Dios ocurren las peores atrocidades, y eso es usted
Wanda Rolex Rolón una atrocidad de alma temerosa a una realidad que exige
respeto, respete a la comunidad Homosexual.
Censurar es un acto que merece tomarse el tiempo para
analizar si la censura realmente debe ser planteada públicamente. Yo llevo
varios años llevando un mensaje de Censura en contra de su boca tan sucia de
rechazo, discrimen, oportunismo y la afrenta de autoproclamarse, cristiana y apóstol.
Nadie está exento de pecado, y si usted piensa que su
lengua es de cristal y por ello cada vez que le dé la gana puede lanzar piedras
a la comunidad LGBTT de la cual expresa
por un lado que “Dios nos ama” pero por otro que el Divino no ama la práctica,
pues señora inculta del dolor que sufrimos los homosexuales, sin práctica no
hay homosexualidad, y la homosexualidad es real, compréndalo y aprenda a vivir
con ello, respétenos.
Si el amor gay no fuera fehaciente, no existiría el amor inmenso, que yo siento
por mi pareja del mismo sexo, amor que
usted tanto condena al infierno, en donde le repito se quemará usted junto
conmigo, y Ricky Martin, y Pedro Julio y
ahora Lady Gaga a quienes ha censurado bochornosamente.
Le pregunto; ¿tanta pauta necesita?, tanto odio le
tienes a la LIBERTAD Rolón, porque su verbo opresivo es recurrente, como el
orate que necesita saciar su demencia, la suya es eclesiástica y es muy
peligrosa. No escribo estas letras para aumentar su ego y su publicidad, lo
hago, porque me preocupa su verbo opresor y sus recurrentes actos de discrimen mediático
y a puerta cerrada en su iglesia de alcurnia.
¿A caso no sabe usted que hay seres humanos que se
suicidan por causa del discrimen que personas como usted Wanda Rolón escupen
tan mezquinamente?
¿A caso no sabe usted Autoproclamada Apóstol que por
su verbo juzgador hay hombres y mujeres que pueden interpretar un “deber divino”
de agredir o asesinar a un homosexual?
Si ese es el amor que Dios mandó a predicar en la
tierra, yo no quiero ese amor. Porque el amor no es odio, no es ser una ladilla
apostólica que jode y jode cada vez que le da la gana, y que atenta en contra del
corazón de miles de personas que somos homosexuales, no por petición, pero si
por verdad de vida.
¿A caso prefiere usted que existan hombres y mujeres
homosexuales viviendo una doble vida, fingiendo ser heterosexuales y a
escondidas estén saciando su verdadero instinto homosexual?
Sí, porque usted como tantos otros que critican a
quienes vivimos libremente y valientemente gritamos “soy homosexual y qué”… Porque
de su iglesia censuran a escritores gay, a cantantes gay, a activistas gay y a
heterosexuales que apoyan a los gay…
No critica usted Rolón las violaciones de niños y
niñas por sacerdotes y pastores, no critica usted los actos de corrupción del
PNP y el PPD, claro porque el gobierno teocrático le otorga exenciones
contributivas y privilegios a cambio del voto político, por ello el ex católico
gobernador Luis Fortuño quedó como la meretriz que se vistió al mejor postor,
esa es usted Rolón.
No marcha usted por la paz, la igualdad, y la no violencia,
pero cómo va a hacerlo si es usted quien promueve la violencia en contra de los
homosexuales, y el desprecio y la burla, y las agresiones y el dedo señalador.
Sra. Rolón, si es que a usted se le puede llamar Sra.,
Apóstol o cristiana, los tres títulos le quedan grandes, busque elidir su odio
y temor a la homosexualidad. Modifíquelo a un amor saneado y no envuelto en la
oquedad, modifique su verbo a un amor solidario, de respeto y en donde usted
sea la primera que no incumpla los mandamientos que tanto promueve hipócritamente,
libre albedrío, amar a tu prójimo como a ti mismo y no juzgar.
Permítame hablarle un poco del sufrimiento homosexual;
Ya usted sabe que existen personas homosexuales a
quienes se les acusa de demonios, de diferentes, inmorales y todo lo que
signifique una anomia pre-establecida por opresores fundamentalistas. Una
anomia es una conducta social desviada de acuerdo a los supuestos valores
establecidos en una sociedad.
Pues sufrimos, cada vez que nos señalan y acusan de
ser inmorales, indecentes, in-merecientes del respeto y el amor de “Dios”.
Sufrimos porque somos seres humanos que aspiramos a poder vivir nuestras vidas
como el resto de la sociedad catalogada como normal. Sufrimos porque ustedes
los fundamentalistas han provocado desde siempre que nuestras familias y amigos
nos teman, nos tengan asco y pena, que piensen que debemos cambiar, ser eso a lo
que llaman normal.
Sufrimos porque prefieren que seamos una mentira que
sufre en silencio que una verdad que provoque una vergüenza sumida en las
liturgias o las prédicas de odio que usted vomita.
Sufrimos pero nos levantamos en protesta y en un
grito, aquí estamos y no dejaremos de existir, no dejaremos de amar, no nos
dejaremos censurar de la maldad vestida de la oveja apostólica que carga un Rolex y anda en las
cuatro patas de un Mercedes a cuesta del diezmo y la ofrenda de los feligreses
a los que tanto utilizas.
Sufrimos pero somos reales y somos HUMANOS, somos una
verdad, y como toda verdad prevaleceremos.
Claro, usted hace uso del derecho a la libre
expresión, yo hago uso del mío propio, que se que es el pensar de miles de
personas que no son berzotas que se dejan vaciar sus bolsillos y sus almas de
mercaderes como usted Wanda Rolón, la veo el Infierno, hasta la próxima, tu
hermano que te ama, Francisco Jimagua.
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