Sublime orgasmo
Te he visto pasar a plena luz del día
y para ti, fui un banquillo más de la plaza;
resulta que tan si quiera me conoces,
más nunca pensé, encontrarte en la casa.
Abrí la ducha y llegaste con el roce del agua
y tocaste con mis manos, suave mi pecho.
Surgió repentina erección, de momento
y por la cortina, san fulana que llegaba.
Me volteaste y me besaste la espalda,
te volteé y con ternura, besé tu vejiga.
Tu flor en mi boca, lento salía y entraba,
abrí los ojos, te fuiste y se fue mi sonrisa.
Pero, de la excitación, volvió la dulce magia,
te hice mío, te besé, te hice gritar de pasión.
Te disfruté con locura, y en exuberancia;
me pedías más, entre torrentes agitadas aguas.
En el desenlace, radiante me cubrió tu sonrisa
esa, que me enloquece, me excita y me encanta.
Y sentí, grandioso orgasmo, pasión derramada,
en la sublime recreación de tu desnudez.
Se completó la función, con mi toalla…
Autor: Francisco J. Cartagena Méndez
Derechos Reservados
Mayo 8 de 2008
No hay comentarios:
Publicar un comentario