Por:
Francisco Cartagena Méndez*/Especial para The Rainbow Times—
Escritor y
Activista de Derechos Humanos
Para
comentarios puedes escribir a: eljimagua@live.com | Twitter: @eljimagua.
El clasismo, la homofobia y el racismo son conceptos muy
arraigados en diferentes culturas. Los
seres humanos, crecemos escuchando y asimilando ciertos estereotipos y
prejuicios en contra ciertas razas o identidades sexuales. Desde esta
perspectiva, cuando hablamos de derechos, es importante poner sobre la mesa las
necesidades particulares que poseen los grupos con mayor desventaja social.
Todas las
organizaciones LGBTT (caucásicas, hispanas, afroamericanas, europeas…) deben
comprender que el concepto de desventaja social se aplica a los sectores o
grupos de la población que, por causa de su origen étnico, raza, u orientación
sexual, poseen el riesgo real de discrimen. Esta realidad les impide a ciertos
grupos dentro de la comunidad gay a completar un desarrollo individual y
colectivo, tanto en el campo social, familiar, y hasta el profesional.
La atención
que se le brinda a la lucha por la equidad necesita de un análisis holístico y
abarcador. Se debe fomentar un progreso que tome en consideración a las poblaciones
que están más propensas a ser víctimas del discrimen y la desigualdad. Es
importante resaltar a las personas gay de color, hispanos, los emigrantes, las
mujeres, los pacientes de VIH o de condiciones crónicas y las mujeres
transexuales y transgéneros.
En torno a la
desigualdad laboral y el discrimen en el empleo: se impedirá que muchas
personas gays de color, hispanas o transexuales logren conseguir un empleo, o
muchas de estas personas serán empleadas, pero no se les pagará lo justo. Es
importante destacar, que los requisitos para obtener un empleo, jamás deben
tomar en consideración la identidad sexual o el origen étnico de una persona.
Todos debemos
preguntarnos si verdaderamente se está haciendo lo suficiente para erradicar el
discrimen y el racismo contra las personas gay de color; las mujeres lesbianas,
transexuales, y transgéneros las mismas oportunidades en la búsqueda de empleo;
si se remunera el trabajo de las personas gays de igual manera que a los
trabajadores heterosexuales; y se discrimina dentro de la misma comunidad gay.
Relacionado a
la salud: la salud es un derecho fundamental e innegable relacionado al
ejercicio de los derechos humanos. Toda persona debe tener derecho al disfrute
de un adecuado estado de salud que le permita vivir una vida digna. Sin
embargo, las personas gay casi siempre han sido víctima de discrimen por parte
de los sistemas de salud.
Es evidente
que particularmente en Estados Unidos, las personas de color poseen un mayor
riesgo de discrimen y desigualdad en hospitales y en los servicios médicos en
general. Además, los pacientes gay de VIH, cáncer y otras condiciones crónicas,
deben ser considerados como grupos en desventaja social, por lo que debemos
hacer un mayor esfuerzo por mejorar su calidad de vida y erradicar el discrimen
en su contra.
El choque
entre culturas también ha fomentado la desventaja social. La cultura caucásica
o anglosajona es muy diferente a la cultura hispana, y a la de otras etnias,
por lo que surgen diferencias en torno al concepto de familia, las leyes, las
creencias religiosas y las estructuras sociales en general.
No es lo
mismo ser gay latino o negro que un gay caucásico (dadas las diferentes
dinámicas de familia, culturales y sociales que existe en cada raza y etnia).
Hay que fomentar la empatía en los grupos gay caucásicos por los gays de color
e hispanos. Esta unión permitirá conceptualizar una lucha fuerte en contra del
discrimen por orientación sexual, y atenderá las necesidades particulares de
quienes estamos en mayor riesgo de ser víctimas de dicho discrimen.
Por otra
parte, es sabido que con las uniones matrimoniales entre parejas del mismo
sexo, se obtendrán otros derechos que están enlazados a la unión civil de
pareja (derecho a incluir a nuestras parejas en los planes médicos, leyes de
herencias, entre otros). Sin embargo, la lucha debe ir más allá del matrimonio
gay, por lo que debe hacer frente a la desigualdad, el discrimen y el racismo
en aquellos grupos que son más vulnerables.
La lucha por
la equidad debe conceptualizar que todo ser humano nace libre y con una
dignidad inviolable. Todos los seres humanos deben ser protegidos, tener los
mismos derechos y oportunidades, así como amar libremente sin ser objetos de
discrimen.
Para
lograrlo, debemos comprender que las diferencias culturales no nos deben
dividir, por lo cual debemos y podemos aprender y tomar lo mejor de cada una de
ellas. Nuestra lucha por la igualdad no puede jamás ser una lucha de clases, en
la que ciertos grupos otorguen mayor importancia a sus necesidades particulares
y menosprecien las necesidades y desigualdades que enfrentan a diario aquellos
grupos con mayor vulnerabilidad social.
La comunidad
LGBTT se enfrenta a un sistema que ha privilegiado la heterosexualidad frente
al homosexualismo. Nuestra lucha es en contra de un sistema que ha causado el
sufrimiento, el suicidio y las agresiones en contra de gays tanto caucásicos,
negros, hispanos, asiáticos, europeos, así como de todas las clases sociales y
de todos los países.
¡En la unión
está la fuerza¡ Vamos a unirnos en una misma lucha, en un mismo abrazo y en un
solo propósito que logre erradicar de una vez y por todas la homofobia y el
discrimen de nuestras sociedades.
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